Hola, soy Ana.
Mi viaje con el tejido comenzó cuando tenía 8 años, en un momento en el que mi mamá empezó a tejer. Ella me enseñó lo básico: cómo manejar dos agujas. En aquel entonces, me conforme con tejer solo una bufanda, pero ese primer encuentro con los hilos quedó grabado en mí, esperando el momento adecuado para florecer. Años después, cuando el tejido se hizo presente en mi vida nuevamente, no solo lo vi como un arte, sino como un refugio.
En un momento de profunda crisis y tristeza, el tejido reapareció en mi vida como un salvavidas. Mi espíritu artístico estaba vivo, pero me encontraba muda, sin palabras, sin melodías, sin imágenes que expresar. Sin embargo, las ganas de crear persistían, aunque la energía me faltaba. Fue entonces cuando retomé las agujas y comencé a tejer nuevamente, aprendiendo cada día un poco más. Está vez enfocándome en el croché. Cada mañana me despertaba pensando: ¿Qué voy a tejer hoy? Y ese simple acto de planear y crear se convirtió en mi manera de ordenar el caos interno, de hilvanar mis pensamientos y emociones.
El tejido se volvió un espacio de sanación y reflexión. Como el delicado entrelazado de los hilos, que poco a poco forma algo bello y significativo, mi mente encontraba un orden en cada puntada, y mi corazón, una calma en cada vuelta.
Mi mama siempre decía que los materiales de nuestra ropa no debían ser sintéticos, sino orgánicos. La razón era simple: lo que llevamos sobre nuestra piel debe ser tan puro y natural como la intención con la que lo creamos.
Así nació Tayet. Empezó con un deseo personal de encontrar las mejores lanas para mí, luego para mis amigas, y finalmente, para todas y todos ustedes. Estuve un par de años gestando la idea de una tienda de alta calidad, pero el lanzamiento del proyecto se aplazó por mi boda.
Tejer mi vestido de boda fue mi mayor proyecto: cada hilo, cada puntada, fue una forma de convertir el caos en arte. Mi vestido resulto haciéndome sentir como la esposa de un faraón :) en la ceremonia de boda y creo que de ahí nació esta conexión con Egipto y la diosa egipcia Tayet, quien era venerada por su habilidad en el tejido.
Su imagen me inspiró a dar vida a este proyecto para finalmente proporcionar un espacio donde el tejido sea una forma de conexión y creatividad, un lugar donde cada hebra cuente una historia y cada proyecto textil sea una expresión de amor y dedicación. Creo que invertir en materiales de calidad transforma cada proyecto en algo duradero y especial, y creo que eso es algo que vale la pena.
Gracias por ser parte de esta comunidad. Aquí, cada puntada es un paso hacia la paz, cada hilo es una oportunidad para descubrirse a una misma.
Con cariño,
Ana